
La admiración que siento por su belleza y armonía, por su mirada intensa y sensual, por el torbellino de su mente y claridad de ideas, por sus movimientos felinos y firmes, por su gesto alegre y apasionado…
El amor que siento a su lado y en su ausencia, con su generosidad y dedicación, con su dulzura y calidez, con sus expresiones e ironía, con su entrega y devoción, con su saber llevar la vida a flor de piel y disfrutarla a cada instante…
Y vuelvo a pensar en lo afortunado que soy.
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