sábado, 21 de diciembre de 2013

La llama del poder

Una pequeña llama surge en una hoja y, de manera fulminante, se extiende por el resto de papeles…

Arde el poder, arde el dinero,

y yo, que soy paciente,
canto mientras espero,
no me queda otro aliciente…

La montaña de papel se va haciendo más grande y, con cada nueva aportación, la lengua de fuego se incrementa…

Primero el del mostacho,
ahora sin dirección.
Y yo de rodillas me agacho,
esa fue mi perdición…


El humo va inundando la estancia y empieza a filtrarse por debajo de la puerta. Al otro lado de la misma una mujer pone cara de sorpresa y se abalanza a abrirla. Su gesto se vuelve de incredulidad al ver la escena que se desarrolla en el interior, pero reacciona dando media vuelta y, tecleando nerviosa, llama por teléfono: “Sr. Subsecretario, soy la secretaria del Sr. Ministro, tiene que venir urgentemente, el Sr. Ministro ha hecho una montaña con los Presupuesto Generales del Estado y los está quemando, se ha atado la corbata a la frente y da vueltas alrededor del fuego cantando”

La secretaria asoma, de nuevo, la cabeza por la puerta entreabierta y grita:

¡¡Sr. Montoro pare, por favor!!


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