domingo, 1 de diciembre de 2013

Me perdí


Hoy, por fin, te he visto, apenas unos segundos, el tiempo que tardabas en abrir la puerta del portal de la que era, hasta hace poco, nuestra casa, en la que ya no podré entrar. Te hice tanto daño que sólo con recordar tus lágrimas lloro por los dos. Te quise, te quiero y te querré, pero de nada valdrían mis palabras. Fui un estúpido, un engreído, un egoísta y mil cosas más. Ahora sólo puedo mirarte en la distancia o imaginarte: cuando éramos felices, cuando tus ojos eran mi cielo y tu boca mi locura. Me perdí y te perdí. Mi cielo, deseo con todas mis fuerzas que puedas ser feliz, yo no lo podré ser nunca más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario