¿Dónde perdiste la confianza y dónde la ilusión?
Has sufrido incomprensión y soledad, te has mirado al espejo y no te
has reconocido, de las expectativas y sueños ni hablamos, te conformas
con la monotonía diaria, la desazón y el desaliento
anidan a menudo en tu corazón, la tristeza es tu más certera amiga y
llega un momento en el que te dices que si no fuera por tus hijos la
vida no valdría la pena, luchas y te agotas, lloras y no te quedan
lágrimas, dejas la mente en blanco y vagas por el interminable
purgatorio de la nada…
Lenta, muy lentamente, para que no te dé
vértigo la realidad, incorpórate… ¿me ves? ¿entiendes mi mirada?...
comprende primero que la vida, para todos, no es un cuento de hadas, ni
esa maravillosa historia que nos preparaban siendo niños, la vida es la
suma de cada instante, emoción, sensación… que pasa por tu lado, tus
metas o anhelos, con la más suave simplicidad, te llevarán a otros
instantes en los que percibirás la alegría que se te niega, el cariño
que no recibes, las miradas que no te dirigen y darás otro paso y
descansarás, no te agobiará la conciencia, ni te perturbará la
autocompasión.
Eres un ser único y a la vez indistinto… ¡vive!
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