miércoles, 21 de mayo de 2014

Amar después de los 40

Enamorarse y amar después de los 40 no parece fácil, ya que, a pesar de que la base neurofisiológica es la misma, la social no lo es tanto. Pasados los 40 todos tenemos “mochilas cargadas” durante las décadas vividas: relaciones anteriores, hijos, cargas económicas y un largo etc. que nos condicionan a la hora de iniciar, o tan siquiera intentar, nuevas relaciones.


Desde mi modesta opinión, enamorarse después de los 40 es una experiencia más plena y más sensata, ya que parte, como ya he comentado en otras ocasiones, “del reconocimiento del otro como individualidad y, a la vez, como parte de sí mismos…”, el paso del enamoramiento al amor es más suave y rico, entre otras cosas porque la idealización del otro no es tan extrema, hay un reconocimiento más rápido y una aceptación más plena de las cualidades/defectos de la pareja.

Diversos estudios apuntan a que el enamoramiento en los hombres se produce de forma más rápida y también somos más proclives a fallar en el paso del enamoramiento al amor, por lo que nuestras relaciones, a nivel emocional, son más cortas y más intensas. Por el contrario, las mujeres se enamoran más “medidamente” y llegadas al paso hacia el amor fracasan con menos asiduidad, lo que produce que haya más mujeres desencantadas por amor que hombres. En ambos casos, a partir de cierta edad, los patrones se aproximan, dando como resultado relaciones más equilibradas.

Por último una recomendación: Poner más amor en vuestra vida, os compensará sobradamente. Estamos más y mejor preparados, tanto para la bueno como para lo malo.

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