lunes, 23 de febrero de 2015

¿Tan mal lo hacemos?

¿Tan mal lo hacemos los hombres o las mujeres en la realidad?
Tras el éxito de la trilogía del mismo nombre ha llegado a las pantallas “50 Sombras de Grey” y, como era de esperar, está siendo un rotundo éxito de taquilla, con un público mayoritariamente femenino.

La pregunta que encabeza este escrito ha surgido en mi cabeza de forma espontánea y me acompaña desde hace días, queriendo entender el porqué de las diferencias de gusto entre hombres y mujeres en cuanto a películas/historias de amor/pasión.

Tanto en esta película como en “Pretty Woman”, y otras tantas similares, cobra protagonismo el prototipo de hombre rico, duro y distante que ejerce de “Pigmalión”, a modo de “My Fair Lady”, y que se va transformando en un príncipe azul, por medio del amor y la tenacidad femenina.

Recordando estereotipos peliculeros parecería lógico quedarse: si fuera por tipo duro con “Casablanca”, si fuese por sexo con “Sexo en Nueva York”; si es por puro romanticismo y quieres un amor duradero, aunque sea breve, con “Ghost” o “Un ángel enamorado” (City of Angels); si es por historias imposibles, buscando compartir momentos de complicidad, con “Titanic” o “Los puentes de Madison” …

Soy consciente que encontrar un hombre romántico no es sencillo: aparecerá alguno que hasta puede soltar unas lágrimas con “Love actually” o “El diario de Noa”; es seguro que, si das una patada, te encuentras bastantes con el icono “Lolita” grabado en su frente, que adoran la carne fresca y, sobre todo, la inexperiencia; muchos más los que se creen que “Nueve semanas y media” o “Instinto básico” están a su alcance, ya que son machos capaces de domar a la fiera más salvaje o hacer que cualquier mujer sueñe con estar en su cama; y ya sería muy extraño encontrar a uno que viera en “Lo que el viento se llevó” al prototipo de mujer que desearía: joven, bella, acomodada… pero “que los tiene bien puestos”, segura de sí misma y de su objetivo en la vida.

¿Tú qué opinas?

No estoy a tu lado


lunes, 16 de febrero de 2015

Si fuera atracción animal

Si fuera atracción animal puede durar un suspiro o, tal vez, mientras sigas en la cima, no te dé un respiro.

Si sólo llega a cariño puede ser duradero, pero es más usual que sea perecedero.

Si es amor no se detiene: habrá dudas y quizá temor, tendrás asombro y, algún que otro, sobresalto, pero nada que dé espanto y te llene de terror; gozarás de atracción animal, juegos de seducción, arrebatamiento y fascinación; y también disfrutarás del éxtasis emocional que dan el cariño, la ternura y la devoción.

Pero, sea como fuere, no te conviertas en ermitaño porque, en tu desolada cueva, todo será extraño, plagado de oscuridad y viviendo de meros recuerdos de lo que fue y pudiera haber sido.

jueves, 12 de febrero de 2015

El vino de la esperanza

El vino de la esperanza en nuestra copa degustamos, mientras nos reímos del infortunio, en sus múltiples realidades, que en cada esquina se agazapa para asustarnos; después, nuestros pasos se dirigen, mientras desgranamos el tiempo que nos hemos disfrutado, por la calle del esfuerzo, a la plaza de la entrega; las luces de las farolas, con forma de ilusión, alargan nuestras sombras, unas veces hacia el pasado y, las más, hacia el futuro deseado; el sonido de nuestros pasos no denota urgencia, resuena firme sobre el empedrado de las emociones y el eco, como si fuera Cupido, de las paredes cercanas, teñidas de sentimientos, lo redoblan como si fuésemos muchos los que andamos cogidos de la mano y nos miramos…, nos sentimos, nos abrazamos y nos besamos…

lunes, 9 de febrero de 2015

Como cada día

¿Qué ofrece la noche a un corazón enamorado? El éxtasis de recordar, la felicidad de saborear y la placidez de saber que, cuando despunte el alba, comenzará un nuevo día que traerá las mil y una señales de lo cotidiano, segundos encadenados como gotas de lluvia que tocan el rostro y te hacen sentir vivo, y, además, la sentirás en la distancia porque siempre está en tu pensamiento y la disfrutarás con la mirada cuando esté a tu lado, como cada día, como será siempre...

viernes, 6 de febrero de 2015

Las otras golondrinas

Volverán tus más “íntimas” amigas
en tu muro sus cosas a colgar,
y otra vez a tus fotos más afables
con palabras loarán.


Pero aquellas que siempre se alegraban
por tu hemorsura y gran felicidad;
aquellas que citaban nuestros nombres,
esas… ¡no responderán!


Volverán las grandes frases de apoyo
en tus publicaciones a colgar,
y otra vez, con cada nuevo “me gusta”,
tus labios sonreirán.


Pero aquellas cargadas de mi aprecio
que a tu corazón hacían temblar
y soñar en coincidir por "esquipe"...
esas... ¡no volverán!


Volverán a aceptarte más amigos
y tus grandes cualidades a narrar;
tu facebook, de su gran letargo,
tal vez despertará.


Pero ya no tienes ni mi amistad,
como has elegido casi al azar,
como yo te he seguido... desengáñate,
¡así... no te seguirán!

Me vestiré de humilde mendigo

Como tantas otras veces, adormilado por el ligero vaivén del tren de cercanías, pienso en ti y en la inmensa suerte que tengo por poder estar a tu lado. Entonces, las palabras acuden a mi mente a borbotones, con urgencia, pidiendo ser escritas. No me queda otra opción que dejarlas salir...

Ríos y mares surcaré, las más altas cumbres escalaré, por cualquier medio volaré y, muy alto, gritaré lo que siento, para llegar a tus sentimientos y conseguir ser digno de tu amor.
Pero, si está riqueza de sentimientos te asustase, me vestiré de humilde mendigo y sólo extenderé mi temblorosa mano hacia tu corazón pidiendo unas gotas de tu amor con las que alimentar mi alma.

Luego me retiraré y quedaré en un segundo plano, satisfecho y feliz porque, aunque sea por un instante, te he vivido y tus ojos me han contemplado.

miércoles, 4 de febrero de 2015

¿Quién teme al amor?

¿Quién teme al amor?


Aquel que lo ha vivido y que, sin haberlo olvidado, ha comprendido que, al no ser correspondido, se queda doblemente vacío, sin alma y en pena.

¿Quién teme a la pena?


Aquel que la ha sentido, y paladeado, en esas gotas que por su mejilla han resbalado y que en sus labios han dejado un ligero gusto salado.

No temas al amor ni a la pena, ya que libre, sin barreras ni temores, el amor no se vive, se da y se recibe.