viernes, 6 de febrero de 2015

Me vestiré de humilde mendigo

Como tantas otras veces, adormilado por el ligero vaivén del tren de cercanías, pienso en ti y en la inmensa suerte que tengo por poder estar a tu lado. Entonces, las palabras acuden a mi mente a borbotones, con urgencia, pidiendo ser escritas. No me queda otra opción que dejarlas salir...

Ríos y mares surcaré, las más altas cumbres escalaré, por cualquier medio volaré y, muy alto, gritaré lo que siento, para llegar a tus sentimientos y conseguir ser digno de tu amor.
Pero, si está riqueza de sentimientos te asustase, me vestiré de humilde mendigo y sólo extenderé mi temblorosa mano hacia tu corazón pidiendo unas gotas de tu amor con las que alimentar mi alma.

Luego me retiraré y quedaré en un segundo plano, satisfecho y feliz porque, aunque sea por un instante, te he vivido y tus ojos me han contemplado.

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