miércoles, 30 de septiembre de 2015

Adelante, siempre adelante

Adelante, siempre adelante…

No hay texto alternativo automático disponible. Te levantas agotado porque tus emociones no te han dejado descansar, has pasado horas, días y semanas en perpetuo conflicto interior, ya que has recorrido mucha senda sin observar y aprender de cada recodo o paisaje por el que has transitado y cuando echas la vista atrás sientes un vacío por lo que pudo ser y no fue, por las decisiones que no tomaste y que ahora martillean tu corazón. Pero sí, las tomaste, siempre se toman, hasta el no decidir es cuestión de decisión, y ahora sólo te queda la aceptación de que el camino andado es el correcto ¡te ha llevado hasta aquí, a lo que eres!

Adelante, siempre adelante…

Vuelve a mirar el paisaje que tienes a tu alrededor para saber de dónde partes y mira también tu siguiente encrucijada. Tienes que decidir qué camino tomar, la decisión siempre entraña riesgo, así es la vida: una amistad rota, un amor incipiente, una mirada, una expresión, una caricia… un juego de emociones en el que apuestas todo al rojo y puede salir negro; pero aprendes, de los demás y, sobre todo, de tus límites.

Adelante, siempre adelante…

¿Sabes una cosa? Todo parte de tu honestidad interior, cuando reconoces tus debilidades y tus fortalezas y basas tus nuevas decisiones en reducir las primeras y en compartir las segundas.

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