sábado, 2 de enero de 2016

No hay mayor desamor que el olvido

Hoy le pregunto a la luna por el amor y ella responde que, de los dos amores que tiene, lo que más importa no es el resplandor; y me cuenta que cuando ella duerme porque la tierra, su hija, no le deja ver a su amado, el sol, le escribe poemas de amor y que, luego, mientras crece en ella la luz de su amado se los va recitando para que no olvide lo que le quiere, que no hay mayor desamor que el olvido y que por mucho tiempo que lleven juntos cada momento por él iluminado es nuevo e ilusionante; y cuando de luz ya está llena escribe nanas para su niña, la tierra, y cada noche, mientras va menguando, se las va cantando; y así, la tierra, siempre amada por su padre el sol y por su madre la luna, se siente querida, iluminada y adormecida.

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