Un ateo en la Semana Santa Sevillana
Miércoles:
El AVE sale puntual, son las 9 am de un precioso y soleado día de
primavera. El paisaje discurre a gran velocidad mientras escucho una
opera, la escena casi parece irreal, de película.
"Sevilla siempre" dijo Colón, también lema de la Expo y ahora yo cojo
prestadas esas dos palabras para que me acompañen en este viaje, a la
Sevilla de siempre, mezcla de fiesta y rito, religiosidad y folclore.
Aún a kilómetros de ella ya la imagino.
Al llegar percibo Sevilla como siempre: vibrante, colorida, magnífica... Después comer, descanso y a las bullas.
Primero el Carmen saliendo. El gentío guarda silencio hasta que la
banda Los Reyes tocan el himno nacional y oh!! me emociono, como lo hace
el resto. Este sentir estaba casi olvidado pero la piel ha sido rápida
en transmitir ese cosquilleo al resto del cuerpo. Cuando el paso se
aleja, y ya casi no oigo la marcha, recupero "el sentio"
Después una refrescante ducha y a pillar La Lanzada. Las tallas
magníficas, como todas, pero destaca el caballo del lancero, transmite
movimiento al conjunto. El movimiento que realizan los costaleros,
siguiendo el compás de la banda, impresiona y las imágenes parecen
cobrar vida.
Ahora, ya relajado, tomando un café, siento a
Sevilla, la Sevilla de siempre, la Sevilla nuestra que tan bien nos
acoge. En las horas que aquí llevo todos sonríen, amables.
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