lunes, 21 de julio de 2014

Noche plácida de verano

Noche plácida de verano, te miro, mientras paseamos, y te veo en paz, tus gestos son de calma y de tranquilidad. Charlamos, con una copa de vino en la mano, y transmites felicidad.

A la luz de las velas te miro, sin cesar, mientras me cuentas tu verdad, lo que ha pasado o lo que pasará. Las horas pasan como si los minutos nos envolvieran y girasen alrededor, se para el tiempo, se diluye el espacio, casi somos pura energía, pero me haces volver del ensueño porque tus caricias son la realidad.
Ahora te vuelvo a mirar, ¿eres de verdad?, la duda me atrae y me conmueve, pareces un milagro, de esos que no existen, ni existirán. Eres de carne y hueso pero te siento poesía o quizás fantasía, te intuyo como aroma y también como un color o más como arcoíris de amor, te percibo como risa o te imagino como mirada que me arropa y desnuda el alma, poniendo la calma donde anidaba el fragor.

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